Hamas pide retiro total de Israel en Gaza y alto al fuego

El grupo palestino Hamas ha planteado condiciones claras para aceptar la propuesta de paz del presidente estadounidense Donald Trump. Exige la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza y un alto el fuego permanente. Además, ha dejado en claro que no entregará a los rehenes que tiene cautivos hasta que se cumplan estas demandas. Todo indica que las negociaciones, que se llevan a cabo con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Qatar, podrían extenderse.

Fawzi Barhum, vocero de Hamas, enfatizó que su prioridad es el “cese inmediato de la agresión y el genocidio contra Gaza”. Estas declaraciones se hicieron durante una conferencia de prensa en Egipto, donde se discutieron los avances en las negociaciones de paz.

Hamas también reclamó el inicio inmediato de la reconstrucción de Gaza y garantías para el retorno de los desplazados a sus hogares. En un mensaje conjunto con la Yihad Islámica, defendieron la idea de “resistencia por todos los medios” y rechazaron el desarme palestino, uno de los puntos que figuran en la propuesta de Trump.

Poco después de que se conociera la postura del grupo islamista, Donald Trump aseguró que hará “todo lo posible para garantizar que todos respeten el acuerdo”.

Por otro lado, el gobierno de Qatar, uno de los mediadores en este conflicto, ha manifestado su interés en intensificar el diálogo para poner fin al asedio en Gaza y facilitar la liberación de los rehenes capturados por Hamas el 7 de octubre de 2023.

El primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, viajará a Egipto para sumarse a las negociaciones. Desde el Ministerio de Exteriores de Qatar, informaron que “las reuniones continúan y todas las partes empujan para lograr un acuerdo”.

El origen del conflicto en Gaza y la ofensiva inicial

Hamas justificó su ataque como respuesta a la “ocupación” y a los enfrentamientos en la mezquita de Al-Aqsa. En contrapartida, Israel lo calificó de acto terrorista y lanzó una ofensiva sin precedentes contra Gaza. Desde el 8 de octubre, bajo órdenes del ministro de Defensa Yoav Gallant, Gaza quedó bajo un “asedio total”, sin electricidad, alimentos ni combustible.

Las primeras ofensivas resultaron en la muerte de 230 palestinos en tan solo unas horas, lo que reavivó un conflicto que ha estado marcado por décadas de hostilidades desde la Nakba de 1948, así como por los enfrentamientos de 2008, 2012 y 2021.

Impacto humanitario y crisis alimentaria del conflicto

Según un informe, más de 67.000 palestinos han muerto hasta septiembre de 2025, y casi un tercio de ellos son menores de 18 años. Israel, por su parte, reportó 1.665 muertos, incluidos 466 soldados. La destrucción es masiva: 193.000 edificios, 213 hospitales y 1.029 escuelas han sido gravemente afectados. De estos, solo 14 hospitales están funcionando de manera parcial.

La población enfrenta hambruna y desnutrición, con más de 514.000 personas sufriendo inseguridad alimentaria. Al menos 177 personas han muerto por inanición. Más de 417.000 palestinos han sido desplazados varias veces, y las condiciones de vida, especialmente en el sur, son extremas, con hacinamiento y problemas en los servicios básicos.

Hamas, en el marco del ataque inicial, secuestró a 251 personas; a septiembre de 2025, 48 aún permanecen en Gaza, y se cree que 20 de ellas están con vida. Aunque ha habido alto el fuego temporales que liberaron a algunos rehenes, los intercambios de prisioneros han sido complicados y parciales.

La diplomacia internacional ha intervenido de forma intermitente en este conflicto. Qatar ha mediado, Estados Unidos ha brindado apoyo militar a Israel, y la ONU ha emitido resoluciones condenando la violencia y denunciando violaciones al derecho internacional. La Corte Internacional de Justicia incluso ha instado a Israel a prevenir un “genocidio” en Gaza, mientras organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han confirmado la existencia de actos genocidas.

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